Mónica Garcia, estudiaba diseño y para un proyecto en la escuela, escogió unas bailarinas, les hizo unas flores de fieltro y las forró por dentro. Gustaron tanto que se animó a llevarlas a algunas tiendas... y se vendieron. Ahora tiene tienda propia en Madrid y vende en Japón, Francia, Italia y Estados Unidos. Todo empieza por una buena idea...
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